La verdad es que mi poema favorito de este gran libro es la Musa Enferma.
Mi musa pobre musa, ¡ah! ¿Qué tienes, pues, esta mañana?
Tus ojos vacíos están colmados de visiones nocturnas,
Y veo una y otra vez reflejados sobre tu tez
La locura y el horror, fríos y taciturnos
El súcubo verdoso y el rosado duende
¿Ten han vertido el miedo y el amor de sus urnas?
La pesadilla con un puño despótico y rebelde
¿Te ha ahogado en el fondo de un fabulo minturno?
Yo quisiera que exhalando el perfume de la salud
Tu seno de pensamientos fuertes fuera siempre frecuentado,
Y que tu sangre cristiana corriera en las oleadas rítmicas,
Como los sones numerosos de las sílabas antiguas,
Donde reinan vez a vez el padre de las canciones,
Febo y el gran Pan, el señor de las mieses
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